No me gusta impartir doctrina ni propia ni ajena acerca de los diferentes planteamientos con los que se pretende llevar a cabo la integración curricular de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. A priori, me parecen respetables todos los enfoques que se le quieran dar al tema, desde los que se plantean como directrices generales de las diferentes administraciones educativas ( a saber, 1 + 17 --la de la administración central y las de las comunidades autónomas--) hasta las que ofrece el último maestro-a llegado a las aulas. Pero despues de leer, escuchar y ver mucho disparates desde que Rodriguez Zapatero anunció "lo de los ordenadores para quinto", no me resisto a contribuir al debate con mi modesta opinión:
- Si la dotación de recursos tecnológicos a los centros escolares no va acompañada de un gran plan de formación sobre su uso desde el punto de vista pedagógico-didáctico, primero, y técnico, después, vamos mal. La experiencia de estos años lo demuestra.
- Si la incorporación de las TIC no van acompañadas de cambios metodológicos profundos y en el papel de los docentes en las aulas, seguimos mal.
- Si los cambios se reducen a sustituir progresivamente los libros de texto, por libros digitales y continuamos con la monodependencia en cuanto a las fuentes de recursos de las que ofrecen las editoriales, continuamos igual.
- Quien no tenga claro que son las TIC las que tienen que estar al servicio de la educación y no al revés, ha perdido el rumbo.
- Si no situamos el valor de las TIC en sus justos términos ( ni hacen milagros ni se debe desaprovechar el enorme potencial que pueden aportar al sistema educativo) es que estamos en fuera de juego.
- Si las administraciones educativas, la central y las autonómicas, los partidos políticos, los sindicatos de enseñanza, representantes de las familias, docentes y alumnos en general, no alcanzamos un PACTO POR LA EDUCACIÓN que de estabilidad, que unifique directrices, que optimice recursos, etc. pues nada, a seguir como estamos.