25 de junio de 2009
¿Qué hacemos con el ordenador viejo?
¿Cuándo hay que considerar que un ordenador está obsoleto? ¿Hay que tener siempre el último grito de la tecnología para poder responder adecuadamente a las necesidades educativas de nuestros alumnos? ¿Se les puede sacar partido en las aulas a esos ordenadores que tienen 7 u 8 años de vida?
La renovación del aula TIC de nuestro centro de Profesores de Tomelloso, nos hizo plantearnos éstas y otras cuestiones y nos llevó a poner en marcha una experiencia en algunos de los centros de infantil y primaria de nuestra zona educativa:
Repartimos una quincena de ordenadores Pentium II y III que estaban condenados al olvido en el trastero y se los ofrecimos como rincón del ordenador para sus aulas a un grupo de maestras y maestros que participan habitualmente en actividades de formación relacionadas con el uso de las TIC para que los empleen como un recurso más en sus clases.
Antes de entregarlos, les lavamos la cara para dejarlos como el primer día que llegaron (con Windows 98 y el Office 2000) y los "cargamos" de software educativo libre adecuados a los contenidos que se trabajan en Primaria: La famosa colección de paquetes CLIC Sinera 2000, otra colección mucho mayor aún que contiene todas las aplicaciones JCLIC publicadas en el portal del programa, el programa de dibujo Tux Paint, una colección de aplicaciones en Flash descargado de Genmagic, la versión para Windows del Gcompris, etc.
Los compañeros-as nos contaron periódicamente como habían organizado el rincón, la utilidad le que le dieron, qué dificultades han tenido con ellos, qué mejoras han supuesto...
Un año después podemos decir que la pequeña experiencia ha servido para demostrar, como creemos muchos, que la clave de la integración curricular de las TIC no está en la máquina sino en los docentes, los alumnos y en las metodologías empleadas porque la mayoría de esos equipos siguen estando vivos y dando mucho juego.